sábado, 30 de noviembre de 2013

Martina en la revista "GENTE"

Tini realizó una entevista para la revista "GENTE".
Les dejo algunas imágenes:
Fotitos de Backstage:


El éxito no se asimila: sólo se disfruta”, dice mientras unta su tostada. Y así lo toma, tan de a sorbos como su café con leche. La víspera de sus veintiséis shows europeos comprime esta breakfast-date entre los ítems pendientes. “La familia real española compró toda la primera fila del Palacio de los Deportes”, irrumpe su mamá (Mariana Muzlera). Pero –más allá de la sonrisa que muequea como respuesta– Martina Stoessel (16) redimensiona prioridades: “¡Esta noche mi casa explota! Vienen todos mis amigos para despedirme”. Y ante la mirada de quien nos acompaña, aclara: “Con la condición de que no arruinemos el piso, claro”. Más que definida.

–¿Cómo se acomoda tanta euforia en la cabeza de una chica de 16 años?
–Como lecciones. Trato de aprender de lo que me está pasando. Violetta me enseñó a ser segura en el escenario, cómo moverme y qué decir para que el público reaccione. Además, soy muy observadora, porque está bueno tener referentes.

–¿De quién aprendés?
–De los artistas que enfrentan a públicos tan diferentes alrededor del mundo. Paso días mirando videos de Beyoncé, por ejemplo. A veces lo siento a Panchi, mi coach vocal, y le muestro: “¿Ves? Quiero mechar esto en el show”. Lo más importante es la interacción con la gente. Eso define al artista.

–¿Ya pensás en el después del fenómeno?
–Antes del boom, mis papás me explicaron: “Pase lo que pase, Violetta será sólo un momento en tu carrera. Por eso lo importante, además de conservar los afectos cerca e intactos, es saber qué querés de tu vida”. Hoy te aseguro que quiero ser cantante. Mi próximo sueño es lanzar mi disco con canciones propias, que motiven.

–¿Y qué querrías decir cantando?
–Que el mundo siempre puede ser un poco mejor. El otro día lo charlaba con amigas comprometidas con el cuidado del medio ambiente. Con pequeños gestos uno puede contribuir. También quisiera hablar sobre el valor de una caricia, de una sonrisa. A mí, por ejemplo, me emociona el amor que devuelven los chiquitos con síndrome de Down que me siguen. Tanto que ya pienso en armar una escuela de artes para ellos. Sería sólo un modo de devolverles tanto amor.

–¿Te animaste a componer?
–Estoy preparándome. Papá me aconsejó que escribiese todo eso que voy sintiendo. Como un diario de sensaciones. Cuando esté lista para escribir, puedo buscar inspiración en esas páginas. Está bueno, porque así uno no olvida qué fue lo que lo emocionó en la vida y por qué en ese momento.

–Papá motiva.
–Mucho. También me sugirió otra idea... ¡Ay, ojalá se haga realidad! Escribir un libro contando mi vida. Hablar del valor de los sueños y de los extremos: la súper-star que llega a su casa y debe ordenar el cuarto. Me gustaría contarles a las chicas quién soy en realidad, más allá del personaje.

DE PADRES Y TERAPIAS. “Mamá es mi compañera incondicional. Papá es mi consejero. Mi hermano Fran, mi gran confidente”, define Tini. “Con ellos estoy resguardada, me guían, me protegen. A veces uno protesta, pero sin ellos cerca no sería quien soy”.

–¿Qué queda de la nena?
Mariana: ¡Frente al espejo seguís haciendo lo mismo que desde los dos años, Tini! (risas).

Martina: ¡Ay, mami! Quería dejarlo como parte de mi intimidad.

Mariana: Puede tener en la mano un zapato, una media o un desodorante, cualquier cosa que oficie de micrófono. ¡Se mira, empieza a cantar canciones y divaga!

Martina: De repente estoy en mi mejor momento y me abre la puerta. “¡Querés callarte, por favor!”, me reta. Y por ahí se escucha a mi hermano de fondo: “¡Ey, quiero dormir!”.

Mariana: ¡Y se disfraza! (risas). Tini creció en responsabilidad y actitud. En las primeras notas me miraba como diciendo: “¿Cómo se decía esto o a aquello?”. Ahora está segura, y con mucho más vocabulario. Además, lo que más me gusta es que ya sabe lo que quiere y cómo lo quiere. Y es frontal para decirlo. Si tiene que salir a defender a su grupo de trabajo, no duda. Hasta se atreve a ponerle los puntos al director del show, por ejemplo.

–Tini, ¿mamá te reta?
–(Se ríen) Recién me dijo que de ahora en más la única que va a ordenar mi ropa seré yo, que está cansada del desorden.

–¿Por dónde asoma la rebeldía?
–¡Es mi naturaleza! (se ríe). Me rebelo, por ejemplo, cuando quiero armar mis propios looks. De a poco logré que los zapatos sean un poco más altos (mira de reojo a su mamá y se ríen). Pero hay cosas que no me deja usar. “¡Hasta los 18 no te vas a poner ninguna campera de cuero!”, me dice. Siempre fue así de protectora. Me cuenta que cuando yo era beba no quería que nadie me tocase. ¡Ahora debe estar pasándola muy mal! (bromea).

¿Te gustó la entrevista de "GENTE" a Tinucha?Dejá tu opinión en los comentarios.

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